El profesor de deporte acusado de abusar de una niña de cinco años en Santander se declara «inocente»
El acusado de abusar de una niña de 5 años a la que daba clases multideporte ha asegurado que «nunca» realizó tocamientos a la menor, que contó a sus padres y, posteriormente, a los peritos de la Guardia Civil, que el monitor le había introducido un dedo en sus partes íntimas.
«Yo soy o me siento inocente», ha afirmado el acusado este miércoles en su declaración en el juicio que se ha celebrado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria, el cual ha quedado visto para sentencia tras la práctica de la totalidad de la prueba y después de que tanto la Fiscalía como la acusación particular –que representa a la familia de la menor– hayan mantenido la petición de penas para el acusado al que considerarle autor de un delito de abuso sexual.
Así, el Ministerio fiscal le pide tres años y medio de cárcel y el pago de 4.000 euros a la víctima por el daño moral ocasionado y la acusación particular reclama seis años y 25.000 euros.
La menor llevaba algo más de un año acudiendo a clases multideporte, que ofrece el Ayuntamiento dentro de sus escuelas deportivas municipales, y el acusado fue en todo ese tiempo su profesor (estaba contratado por una empresa que era la que aportaba al Consistorio los monitores deportivos).
Los padres de la niña han relatado que una noche la niña, mientras su madre le ponía el pijama y el pañal con el que dormía, les dijo que el profesor multideporte -al que en ocasiones la menor se refiere como «el jefe» o por el apellido del acusado- le «metía el dedo ahí», señalando su vulva, y «le dolía».
Tras esta primera declaración, el padre volvió a preguntarle a la niña por lo que había dicho y en esta ocasión grabó la conversación con la menor (que se ha reproducido en el juicio). En ella, la niña volvió a repetir lo que el monitor supuestamente le hacía y, preguntada por los motivos de ello, dijo: «porque le gusta».
La niña le explicó que el profesor le hacía eso cuando le «castigaba» durante la clase, cuando la mandaba sentarse en un banco situado junto a la pista deportiva del pabellón donde daba la clase y mientras el resto de alumnos (todos de entre 3 y 4 años) seguían ejercitándose.
Según la versión dada por la niña al padre en el vídeo grabado y después a los peritos de la Guardia Civil durante la prueba preconstituida que se ha mostrado en el juicio, el profesor, como castigo a la niña, la mandó al banco, se sentó junto a ella, le retiró el pantalón y la ropa interior y le introdujo el dedo.
En el juicio, han declarado estas dos agentes de la Guardia Civil, especializadas en recoger testimonios de personas especialmente vulnerables, que han opinado que, «en principio» no tienen, o no han detectado, «ningún motivo para dudar» de lo que relata la menor. Sí que han explicado que la niña les aseguró que solo había ocurrido una vez, algo que no son capaces de asegurar, ya que creen que al decir eso la niña pudo querer «minimizarlo» para que le dejaran de preguntar por ello durante la prueba preconstituida.
No han apreciado que la niña tenga tendencia a la fabulación o a mentir y han explicado que, sobre los hechos en cuestión que se enjuician, la menor aportó «detalles que exceden a su capacidad de imaginación para la edad que tiene».
En el juicio, se ha mostrado la grabación de la prueba preconstituida que grabaron estas dos agentes con la menor, en el cual, la niña, tras mostrarse reticente a contar lo sucedido, tras varios minutos en los que asegura que «no se acuerda» o «no quiere contarlo», lo hace.
En el juicio, han declarado, entre otros, el gerente de la empresa para la que trabajaba el acusado; el coordinador deportivo del Ayuntamiento o el concejal de Deportes, que han explicado que nunca antes habían tenido ningún problema con este monitor. De hecho, uno de ellos ha asegurado que era «de los más queridos» puesto que era uno de los que más tiempo llevaba como tal.
Han señalado que una vez que los padres comunicaron al Ayuntamiento lo ocurrido, el coordinador y el concejal controlaron al monitor durante 2 ó 3 meses durante sus clases y no vieron nada «fuera de lo normal» en su comportamiento con los niños. De hecho, el acusado sigue dando clases.
Tras la práctica de la prueba, la Fiscalía y la acusación particular se han ratificado en sus conclusiones sobre los hechos y han mantenido las penas. Fiscalía y acusación particular han destacado la «persistencia» en las manifestaciones de la menor sobre lo acontecido, han opinado que «la niña no tiene edad para fabular y elaborar un discurso así».
Sin embargo, la defensa ha pedido la libre absolución y cree que el motivo por el que la menor para decir eso del acusado fue que «no tenía ganas de hacer multideporte», quería dejarlo y, en su lugar, quería hacer patinaje. También ha criticado que el padre realizara la grabación a la pequeña que, a su juicio, «no tiene base jurídica» y cree que las sucesivas conversaciones que los familiares de la menor mantuvieron con ella sobre lo supuestamente ocurrido fueron «jalonando una idea en la cabeza de la niña». Considera que el relato contado por la menor a las peritos de la Guardia Civil estuvo «mediatizado» y cree que las agentes «le sacaron a la niña con calzador» y a través de preguntas «dirigidas», los hechos que denuncia.
El acusado de abusar de una niña de 5 años a la que daba clases multideporte ha asegurado que «nunca» realizó tocamientos a la menor, que contó a sus padres y, posteriormente, a los peritos de la Guardia Civil, que el monitor le había introducido un dedo en sus partes íntimas.
«Yo soy o me siento inocente», ha afirmado el acusado este miércoles en su declaración en el juicio que se ha celebrado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria, el cual ha quedado visto para sentencia tras la práctica de la totalidad de la prueba y después de que tanto la Fiscalía como la acusación particular –que representa a la familia de la menor– hayan mantenido la petición de penas para el acusado al que considerarle autor de un delito de abuso sexual.
Así, el Ministerio fiscal le pide tres años y medio de cárcel y el pago de 4.000 euros a la víctima por el daño moral ocasionado y la acusación particular reclama seis años y 25.000 euros.
La menor llevaba algo más de un año acudiendo a clases multideporte, que ofrece el Ayuntamiento dentro de sus escuelas deportivas municipales, y el acusado fue en todo ese tiempo su profesor (estaba contratado por una empresa que era la que aportaba al Consistorio los monitores deportivos).
Los padres de la niña han relatado que una noche la niña, mientras su madre le ponía el pijama y el pañal con el que dormía, les dijo que el profesor multideporte -al que en ocasiones la menor se refiere como «el jefe» o por el apellido del acusado- le «metía el dedo ahí», señalando su vulva, y «le dolía».
Tras esta primera declaración, el padre volvió a preguntarle a la niña por lo que había dicho y en esta ocasión grabó la conversación con la menor (que se ha reproducido en el juicio). En ella, la niña volvió a repetir lo que el monitor supuestamente le hacía y, preguntada por los motivos de ello, dijo: «porque le gusta».
La niña le explicó que el profesor le hacía eso cuando le «castigaba» durante la clase, cuando la mandaba sentarse en un banco situado junto a la pista deportiva del pabellón donde daba la clase y mientras el resto de alumnos (todos de entre 3 y 4 años) seguían ejercitándose.
Según la versión dada por la niña al padre en el vídeo grabado y después a los peritos de la Guardia Civil durante la prueba preconstituida que se ha mostrado en el juicio, el profesor, como castigo a la niña, la mandó al banco, se sentó junto a ella, le retiró el pantalón y la ropa interior y le introdujo el dedo.
En el juicio, han declarado estas dos agentes de la Guardia Civil, especializadas en recoger testimonios de personas especialmente vulnerables, que han opinado que, «en principio» no tienen, o no han detectado, «ningún motivo para dudar» de lo que relata la menor. Sí que han explicado que la niña les aseguró que solo había ocurrido una vez, algo que no son capaces de asegurar, ya que creen que al decir eso la niña pudo querer «minimizarlo» para que le dejaran de preguntar por ello durante la prueba preconstituida.
No han apreciado que la niña tenga tendencia a la fabulación o a mentir y han explicado que, sobre los hechos en cuestión que se enjuician, la menor aportó «detalles que exceden a su capacidad de imaginación para la edad que tiene».
En el juicio, se ha mostrado la grabación de la prueba preconstituida que grabaron estas dos agentes con la menor, en el cual, la niña, tras mostrarse reticente a contar lo sucedido, tras varios minutos en los que asegura que «no se acuerda» o «no quiere contarlo», lo hace.
En el juicio, han declarado, entre otros, el gerente de la empresa para la que trabajaba el acusado; el coordinador deportivo del Ayuntamiento o el concejal de Deportes, que han explicado que nunca antes habían tenido ningún problema con este monitor. De hecho, uno de ellos ha asegurado que era «de los más queridos» puesto que era uno de los que más tiempo llevaba como tal.
Han señalado que una vez que los padres comunicaron al Ayuntamiento lo ocurrido, el coordinador y el concejal controlaron al monitor durante 2 ó 3 meses durante sus clases y no vieron nada «fuera de lo normal» en su comportamiento con los niños. De hecho, el acusado sigue dando clases.
Tras la práctica de la prueba, la Fiscalía y la acusación particular se han ratificado en sus conclusiones sobre los hechos y han mantenido las penas. Fiscalía y acusación particular han destacado la «persistencia» en las manifestaciones de la menor sobre lo acontecido, han opinado que «la niña no tiene edad para fabular y elaborar un discurso así».
Sin embargo, la defensa ha pedido la libre absolución y cree que el motivo por el que la menor para decir eso del acusado fue que «no tenía ganas de hacer multideporte», quería dejarlo y, en su lugar, quería hacer patinaje. También ha criticado que el padre realizara la grabación a la pequeña que, a su juicio, «no tiene base jurídica» y cree que las sucesivas conversaciones que los familiares de la menor mantuvieron con ella sobre lo supuestamente ocurrido fueron «jalonando una idea en la cabeza de la niña». Considera que el relato contado por la menor a las peritos de la Guardia Civil estuvo «mediatizado» y cree que las agentes «le sacaron a la niña con calzador» y a través de preguntas «dirigidas», los hechos que denuncia.